viernes, enero 06, 2006

Croquetas

El mundo nos es tan bello como tenemos la suerte de verlo algunos, es más, algunos dicen "el mundo es una porquería, eso está claro, así que vamos a intentar pasarnoslo lo mejor que podamos". La cuestión es que esto de la navidad, de "jartarse" de comer y beber no puede ser algo que nos tomemos como normal, usual, lógico o lo que sea. La cuestión es que debemos ser conscientes de la suerte que tenemos.
Lo mejor para eso es organizar una comida, sí una comida, ha demostrado que es el mejor conductor social que existe, junto con el alcohol. Pero claro está, para que ese mensaje llegué debe ser trasmitido con una claridad comparable a la de un cubata de Zafiro con Tónica. Esta claridad puede ser lograda con una comida con el siguiente menú:

Entrantes
Patatas chip "industriales", nada de marcas como Triana, algo que salga en la tele.
Aceitunas con relleno de sucedaneo de anchoas, incluido palillo de dientes.

Primero:
Tortilla de papas, de esas de los bares industriales, de un dedo de grosos, más seca que la zapatilla de un costalero.

Segundo:
Croquetas del puchero de la semana anterior, incluidos los huesos y el tocino.

Bebidas:
Refresco de cola marca Día.
Gaseosa "La Revoltosa".
Cerveza "Cruzcampo", en embase future, hay cosas que son irrenunciables.
Agua del grifo.

Postres:
Naranjas de la huerta del primo Jonathan.
Fosquitos, duros.

Como colofón se servirá una copa de anís de la castellana y un celta sin filtro.

Esto nos situará en un plano más real sobre lo que es el mundo. O por lo menos, bajará la sobredosis de acido que dan las gambas.

P.D. Ya queda menos para el frio.