martes, noviembre 16, 2004

Desplazandome a mi mismo a Melilla

No se si sabeis que mi empresa está sorteando una serie de viajes a Melilla. Para los dos primeros no ha hecho papeletas, sino que me los ha dado a mi directamente, lo que en la administración se conoce como a dedo.
Además en una operación sin precedentes en la historia de la Contabiliad de Costes me encuentro alojado, no en el Meliá Melilla, ni en el Parador, sino en la Residencia de Estudiantes y Deportistas. Esto ha tenido un lado positivo, y es que convivo con aproximadamente 20 estudiantas de enfermería, lo que ameniza enormemente las noches.
Además de mis compañeros de residencia, mi colaborador aquí en Melilla, Jorge, es un tio de puta madre. Con él y media docena de enfermeras he salío a tomar unos refrescos.
Por si esto fuera poco, mis alumnos y alumnas también son muy sociables, lo que ha permitido continuar la tutoría del sabado por bares y garitos de la ciudad.
En definitiva, el infierno que yo pensaba que iba a ser esto, con aburrimiento total, se ha convertido en dos semanitas estupendas, conociendo a mucha gente y pasandolo muy bien. Y teniendo tiempo para hacer cosillas que tenía retrasadas.

Un saludo desde esta parte del mundo